Banda precursora del thrash metal en el Perú acaba de lanzar
un nuevo álbum con viejos y nuevos temas.
Por Franco Boggiano de las Casas
Sepulcro es pionero del thrash metal en el Perú. La banda
del Callao aceleró y “rasgó” los sonidos metálicos desde el 86 como Satanakia y
desde el 87 como Sepulcro. Su debut sobre los escenarios se dio en marzo el 88
y grabó dos demos como legado de esa convulsionada época (Sepulcro (89) y
Powers Trace (90)).
Considerada por muchos como una de las bandas más técnicas
del subgénero en nuestras tierras en los 80s, también colaboró para que se dé
una convivencia entre la gente hardcore/subte y la horda metalera al tocar en
los conciertos realizados en Barranco y organizados por G3. En 1991, Sepulcro
se desintegró, tal vez en el umbral que podía significar su despegue definitivo.
Pasaron más de 20 años durmiendo el sueño de los justos
hasta que en el 2013, Sepulcro reapareció para celebrar los 25 años del Ataque
Metal. En el 2014, tocó con Vulcano y Faith or Fear y en el 2015 en el Lima
Metal Fest.
Durante su ausencia de los escenarios, las nuevas
generaciones pudieron escuchar lo que hacían en los 80s y comienzos de los 90s
gracias a Heavier Records, sello local independiente que reeditó en CD los dos
demos bajo el título de Sepulchral Voices (2006) y que la banda lo volvió a relanzar
en el 2014 junto con Vigga.
Vengeance (2018) retoma el camino exactamente donde lo
habían dejado en 1991. El espíritu ochentero continúa en este nuevo álbum desde
la portada, pasando por las letras y la forma de componer y sonar.
No por algo han vuelto a grabar 8 temas antiguos (de los
demos y demás) y solo dos canciones nuevas (Master of War y Vengeance) que
mantienen la misma línea. Algo bastante común en las bandas ochenteras
nacionales como lo hicieron previamente Mortem y Hadez, por citar las más
importantes.
Sepulcro siempre se ha caracterizado por los riffs potentes,
consistentes, con mucho músculo que te invitan a mover la cabeza o a poguear.
Temas largos, instrumentales, con una voz cercana al crossover ochentero.
Vengeance se mantiene en esa línea, en ese espíritu, pero
hoy, Maico y Miguel, cuentan con dos socios fundamentales en la parte rítmica: Renato
Lozano (batería, ex Armagedon, Metal Crucifier) y César Moran (bajo, ex
Necropsya).
La experiencia y vigencia de ambos han fortalecido a la
banda y el reto de hoy, a mi modesto entender, es encontrar dentro de su propio
estilo un sonido más actual y fresco, sin traicionar su esencia.
Su última presentación en los 30 años del Ataque Metal me
transportaron a mi adolescencia y escuchar en el CD temas como Powers Trace con
el llanto del bebé incluido como intro y Sepulcro, te hacen sentir que del thrash
metal de Sepulcro jamás podrás escapar, carajo!!!
NR: La portada del Vengeance es un óleo pintado por el
artista plástico peruano y fanático de la banda Luis Velásquez Carbonero que
reside en el Valle Sagrado en Cuzco y que plasmó a la perfección la estética
que siempre ha tenido Sepulcro.
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