El heavy metal es atemporal. Su fuego es inmortal pero marcó, sobre todo, las almas indómitas de la generación de fines de los 70’s, de los 80’s y, en menor medida, las posteriores.
En los 80s, Lima tuvo una generación de oro que lamentablemente dejó un escaso legado sonoro. Todo comenzó con el rock pesado de Oxido en 1982 y continuó con grupos de la talla de Masacre, Orgus, Almas Inmortales, Niebla, Silex, Headwork, Overkill, Sacra, Dharma, Jerusalem, Sentencia, Letal, Armagedon, por citar a los principales, y cada uno de ellos aportó su sello propio.
Sin embargo, de esa época solo existen tres producciones: el Sin Piedad de Masacre grabado en 1988 –que recién vio la luz en Lima diez años después– ya que primero fue editado en Venezuela, La Batalla de Kuruksetra de Dharma (1989) y el Hierro de Sentencia (1991), además de algunos demos caseros y canciones sueltas en algún compilatorio, como el que sacó Esquina con dos temas de Orgus por haber quedado segundo en el concurso de 1987. Muy poco material para tan buena época.
Hoy, el heavy metal vive una especie de revival y hay cinco jóvenes que han sido poseídos por ese sentimiento rebelde, callejero y directo desde el 2005.
COBRA es la reencarnación de los grupos de la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM) y su primera producción LETHAL STRIKE nos anuncia que estamos ante una promesa que está a la vanguardia de la nueva generación del heavy metal peruano.
No reivindican a sus antecesores nacionales, pero respetan casi al milímetro la estética y sonido del género. COBRA tiene un ‘feeling’ rocanrolero con una personalidad propia que todavía está en formación. Pero no hay que ser mezquinos, su CD debut ha sido por todo lo alto y la nota es más que aprobatoria.
Han tenido mucho cuidado desde la presentación del disco. La versión die hard está de lujo (viene con parche y poster) y no debe faltar en todo fanático del heavy metal. Una mención especial merece el buen trabajo de Austral Holocaust de Erick Neyra.
El sonido del disco da la talla y respeta el concepto de cómo debe sonar una banda de HM en la actualidad, ya que la batería, las guitarras y el bajo tienen la suficiente suciedad y fuerza para que se sientan reales y tocados con la pasión que amerita. No apuestan –como muchos grupos en la actualidad– por arreglar todo con los programas y simuladores que te brinda la tecnología de hoy, con lo cual la música pierde su esencia y suena todo muy prefabricado.
El CD inicia con el intro Overwhelmed (abrumado) que pinta de cuerpo entero a la banda entrando a la sala de ensayo y enchufándose para darnos el primer golpe. De arranque, se comen la carretera con Rockmetal al grito de guerra de 'Harry' (Diego Valdivia), un vocalista que encaja perfecto en el estilo. Buenos agudos pero con la cuota de agresividad y melodía para engancharte con las canciones y corearlas a rabiar.
Las guitarras de Nito y Andrés están afiladas a la medida, buenos riffs y punteos, sin saturar ni hacer gala de un virtuosismo innecesario.
Men of War (Hombre de guerra) sigue en la misma tónica, HM rocanrolero, para qué más, nada de mariconadas.
Continúa White Chapel (Capilla Blanca), a mi gusto, uno de los temas mejores logrados del disco. Su ritmo galopante crea una atmósfera más evocadora y épica que sus antecesores.
Luego arremeten con The Roadrunner (Bite my dust), el más rocanrolero de todos, el más Motorhead por decirlo de algún modo. Inclusive combinan la voz aguda de Diego con la de Augusto –asumo-, aguardientosa a lo Lemmy.
El Corredor del Camino sigue apretando el acelerador y haciéndote comer el polvo con Denim Attack, que demuestran que el HM está vivito y coleando. El duelo de las guitarras de estos guerreros del underground es preciso y trepidante.
La juerga no podía faltar y Blessed by Beer (Bendito por la cerveza) pone en claro que solo quieren divertirse sin más pretensiones.
Scene of our end (Escena de nuestro final) tiene una onda más hard rock aunque sin dejar el heavy. 'Harry' se luce con unos agudos altísimos y el sentimiento nostálgico de la canción te envuelve totalmente.
El broche de oro es a toda velocidad con Highland Warrior (Guerrero de la montaña), que trata sobre la época de la conquista y como el orgullo inca nunca morirá. Nuevamente destacan el duelo de punteos de las guitarras y la voz de Diego.
COBRA encabeza hoy la nueva generación del heavy metal peruano y ojalá mantenga encendida esa llama por muchos años. La escena local lo necesita.
COBRA es : Diego 'Harry El Sucio'(voz principal), Andrés (guitarra), Nito (guitarra), Augusto (bajo y voz) y 'Pochuck' (batería).
Contactos: Andrés Eduardo Rhor Lesevic. Jr. López de Ayala 1681 San Borja – Lima 41 – Perú
Email: cobra_band@hotmail.com – http://www.cobraheavymetal.com/ – www.myspace.com/cobraperu
En los 80s, Lima tuvo una generación de oro que lamentablemente dejó un escaso legado sonoro. Todo comenzó con el rock pesado de Oxido en 1982 y continuó con grupos de la talla de Masacre, Orgus, Almas Inmortales, Niebla, Silex, Headwork, Overkill, Sacra, Dharma, Jerusalem, Sentencia, Letal, Armagedon, por citar a los principales, y cada uno de ellos aportó su sello propio.
Sin embargo, de esa época solo existen tres producciones: el Sin Piedad de Masacre grabado en 1988 –que recién vio la luz en Lima diez años después– ya que primero fue editado en Venezuela, La Batalla de Kuruksetra de Dharma (1989) y el Hierro de Sentencia (1991), además de algunos demos caseros y canciones sueltas en algún compilatorio, como el que sacó Esquina con dos temas de Orgus por haber quedado segundo en el concurso de 1987. Muy poco material para tan buena época.
Hoy, el heavy metal vive una especie de revival y hay cinco jóvenes que han sido poseídos por ese sentimiento rebelde, callejero y directo desde el 2005.
COBRA es la reencarnación de los grupos de la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM) y su primera producción LETHAL STRIKE nos anuncia que estamos ante una promesa que está a la vanguardia de la nueva generación del heavy metal peruano.
No reivindican a sus antecesores nacionales, pero respetan casi al milímetro la estética y sonido del género. COBRA tiene un ‘feeling’ rocanrolero con una personalidad propia que todavía está en formación. Pero no hay que ser mezquinos, su CD debut ha sido por todo lo alto y la nota es más que aprobatoria.
Han tenido mucho cuidado desde la presentación del disco. La versión die hard está de lujo (viene con parche y poster) y no debe faltar en todo fanático del heavy metal. Una mención especial merece el buen trabajo de Austral Holocaust de Erick Neyra.
El sonido del disco da la talla y respeta el concepto de cómo debe sonar una banda de HM en la actualidad, ya que la batería, las guitarras y el bajo tienen la suficiente suciedad y fuerza para que se sientan reales y tocados con la pasión que amerita. No apuestan –como muchos grupos en la actualidad– por arreglar todo con los programas y simuladores que te brinda la tecnología de hoy, con lo cual la música pierde su esencia y suena todo muy prefabricado.
El CD inicia con el intro Overwhelmed (abrumado) que pinta de cuerpo entero a la banda entrando a la sala de ensayo y enchufándose para darnos el primer golpe. De arranque, se comen la carretera con Rockmetal al grito de guerra de 'Harry' (Diego Valdivia), un vocalista que encaja perfecto en el estilo. Buenos agudos pero con la cuota de agresividad y melodía para engancharte con las canciones y corearlas a rabiar.
Las guitarras de Nito y Andrés están afiladas a la medida, buenos riffs y punteos, sin saturar ni hacer gala de un virtuosismo innecesario.
Men of War (Hombre de guerra) sigue en la misma tónica, HM rocanrolero, para qué más, nada de mariconadas.
Continúa White Chapel (Capilla Blanca), a mi gusto, uno de los temas mejores logrados del disco. Su ritmo galopante crea una atmósfera más evocadora y épica que sus antecesores.
Luego arremeten con The Roadrunner (Bite my dust), el más rocanrolero de todos, el más Motorhead por decirlo de algún modo. Inclusive combinan la voz aguda de Diego con la de Augusto –asumo-, aguardientosa a lo Lemmy.
El Corredor del Camino sigue apretando el acelerador y haciéndote comer el polvo con Denim Attack, que demuestran que el HM está vivito y coleando. El duelo de las guitarras de estos guerreros del underground es preciso y trepidante.
La juerga no podía faltar y Blessed by Beer (Bendito por la cerveza) pone en claro que solo quieren divertirse sin más pretensiones.
Scene of our end (Escena de nuestro final) tiene una onda más hard rock aunque sin dejar el heavy. 'Harry' se luce con unos agudos altísimos y el sentimiento nostálgico de la canción te envuelve totalmente.
El broche de oro es a toda velocidad con Highland Warrior (Guerrero de la montaña), que trata sobre la época de la conquista y como el orgullo inca nunca morirá. Nuevamente destacan el duelo de punteos de las guitarras y la voz de Diego.
COBRA encabeza hoy la nueva generación del heavy metal peruano y ojalá mantenga encendida esa llama por muchos años. La escena local lo necesita.
COBRA es : Diego 'Harry El Sucio'(voz principal), Andrés (guitarra), Nito (guitarra), Augusto (bajo y voz) y 'Pochuck' (batería).
Contactos: Andrés Eduardo Rhor Lesevic. Jr. López de Ayala 1681 San Borja – Lima 41 – Perú
Email: cobra_band@hotmail.com – http://www.cobraheavymetal.com/ – www.myspace.com/cobraperu
Cobra será la banda nacional que tocará con Overkill el 2 de noviembre en Vocé. Felicitaciones muchachos.
ResponderEliminarSin duda una banda que promete.
ResponderEliminarEn una buena opción almenos entre tantas bandas retro-thrash que han casi inundado Lima.
Saludos.....y larga vida !