jueves, 21 de junio de 2012

BARÓN ROJO: UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN



Fotos: José Ivan Mesia Portocarrero

Barón Rojo voló sobre Lima y dejó su estela de buen heavy rock en el Scencia de La Molina. La banda española más emblemática de los 80s, que marcó con sus letras sociales e inteligentes a los jóvenes de aquella época, demostró que todavía tiene combustible para rato.

A pesar de no contar con ‘Sherpa’ (bajo/voz) ni el uruguayo Hermes Calabria (batería) –miembros originales de la banda–, los hermanos Armando y Carlos de Castro – siguen dando fuego con más de 30 años de carrera.

Empezaron a las 10 en punto. Barón Rojo alzó vuelo con el tema que le da nombre al grupo. El sonido estuvo óptimo –un poco saturado por momentos y la voz no tan nítida como uno quisiera– pero la magia y la buena vibra estaba allí.

Durante dos horas y media desfilaron casi sin parar los clásicos de siempre como Las Flores del mal, Larga vida al rock n’ roll, Incomunicación, Buenos Aires, El Presidente, Satánico Plan (Volumen Brutal), Cuerdas de Acero, Breakthoven, Con las botas sucias, Concierto para ellos, Resistiré, Los rockeros van al infierno…así como canciones de sus etapas posteriores como El enemigo a abatir (1992), Bajo Tierra (1996), Cueste lo que Cueste (1999), Fronteras (2001), entre otras. También tocaron dos covers (You have got another thing coming de Judas Priest y Lick it up de Kiss).

Me sorprendió la vitalidad y sobriedad de los hermanos de Castro, que con más de cinco décadas a cuestas y sin poses de divos ni artilugios, se conectaron con el público –merecían una mayor asistencia– y lo hicieron vibrar. Los guitarristas/vocalistas han sabido complementarse con la sangre joven que inyectan Rafa Díaz (batería) y Gorka Alegre (bajo), quienes se han adaptado al ritmo de los Castro e incluso comparten divertidas y antiguas coreografías, con duelos de bajo-guitarra incluidos.

Sin duda los momentos más emotivos y que pagaron largamente la entrada fueron cuando tocaron Siempre estas allí e Hijos de Caín en el cierre.

Ya no salen grupos como Barón Rojo. Heavy rock tocado con pasión y contenido. De esos heavys con sentimiento rockanrolero y conciencia social, quedan muy pocos. Una especie en extinción.



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