Texto y Fotos:
José Escobar, exguitarrista de Agresión Extrema
Al enterarme que Faith or Fear venía a Lima, los recuerdos vinieron como brutales flashbacks a mi mente. 1986, San Juan de Miraflores viendo el Combat Tour con Slayer, Exodus y Venom. Definitivamente lo que más me llamó la atención fue Slayer y Exodus, ese típico crunch de las guitarras y el doble bombo, fue lo que me motivó a coger una guitarra y componer mis propias canciones. Años más tarde, el Ultimate Revenge 2 con Forbidden y Faith or Fear, entre otras bandas, reafirmaron mi pasión por hacer thrash y me marcaron para siempre. Los guitarristas de ambos grupos me sirvieron para consolidar mi deseo de tener una banda de thrash metal. Craig Locicero, Glen Alvelais y Chris Bombeke se convirtieron en mis nuevos referentes musicales. Lamentablemente estas bandas no tuvieron continuidad, pero siempre estuvieron presentes en mí después de Slayer Exodus y Metallica. Cuando escuché que ya no seguían o que se habían desintegrado, lo lamenté mucho. Primero formé Presagio en el 90, luego Rebeldía en el 95 y finalmente Agresión Extrema en el 96. En ellas, pude componer mis propios temas y rendirle tributo a mis influencias. Aunque no lo parezca, los temas 26630, más que una pasión y Sabes (la mierda que eres) que compuse en Agresión Extrema nacen como inspiración de las canciones Time Bomb y Punishment Area de Faith or Fear. Por eso y mucho más, Forbidden y Faith or Fear fueron mis referentes y la línea de thrash a seguir. Cómo hubiera querido tener el talento para tocar la guitarra de manera similar a Locicero, Alvelais o Bombeke. Lamentablemente este año me operaron de la columna y creo que ya no podré volver a tocar la guitarra por el tipo de lesión que tengo. Hubiera querido no dejar pasar todas las oportunidades que tuve y que aproveché, pero ya es cosa del pasado... Por eso el sábado 27 de setiembre del 2014 quedará grabado en mi memoria para siempre. Por la mañana fui a visitar a Carlitos Hernández al cementerio y por la noche al concierto de Faith or Fear. En verdad estaba muy emocionado de poder escucharlos en vivo. Pese a presentarse con una sola guitarra, el ver al guitarrista original -el mismo que salía en el Ultimate Revenge 2 con el pantalón thrashero y tocando los riffs entrecortados- a tan solo un par de metros de distancia, lo fue todo para mí. Todo el concierto fue una sensación inexplicable, tal vez uno de los mejores que recuerde, pese a que no podía agitar la cabeza ni poguear por mi operación.
Al finalizar el concierto, el batero lanzó una baqueta que cayó muy cerca a mí y me lancé sobre ella y al toque la guardé. Mi suerte no quedó allí, ya que me gané la banderola de Faith or Fear que estuvo esa noche en el escenario y que sorteó el organizador Soulgrinder zine (Gracias Paul Caravasi). Al subir al escenario con mi entrada 000135, le agradecí al guitarrista con mi inglés masticado: “thanks for your music”. Por si fuera poco cuando salí del local me encontré con Bombeke y le conté que había hecho un gran esfuerzo por ir al concierto y le mostré mi herida en el cuello. Para mi sorpresa, él me enseñó una similar que tenía hace 20 años y que significó que Faith or Fear dejara de tocar por un buen tiempo ya que sufrió una parálisis facial y a ello hay que sumarle la muerte del bajista en pleno escenario. Nos tomamos la foto de rigor y me entregó la uña con la que tocó esa noche. Nunca lo olvidaré. Con fe y sin miedo.
