jueves, 28 de junio de 2018

EL TIEMPO NO TIENE PIEDAD (PERO EL FUEGO SIGUE INTACTO EN EL ALMA)




Después de 30 años, el Sin Piedad de Masacre, el disco emblemático del heavy metal nacional, ve la luz en vinilo

Por Franco Boggiano de las Casas

El tiempo no tiene piedad. Han pasado 30 años, sí como lee, 30 largos y malditos años para que por fin vea la luz en formato de vinilo el Sin Piedad de Masacre. Se trata del álbum emblemático del heavy metal nacional grabado entre el 87 y 88 y que salió editado por primera vez en casete en 1991 en Venezuela.
Varias veces me he preguntado qué hubiese pasado si el primer gobierno de Alan 'Damián' no jodía la economía del país, a las disqueras, y veían la luz los vinilos de Masacre, Orgus y Sacra, esa trilogía del heavy limeño que cautivaba a miles de jóvenes.
Solo basta recordar conciertos de calidad y con gran asistencia como el del Palacio Marsano o el de la Feria del Hogar de 1988 para comprobar su potencial y poder de convocatoria.
Tal vez la edición de esos tres vinilos hubiese consolidado las carreras de las tres bandas y habría sido una especie de envión para la escena metalera nacional. Lamentablemente, no fue así, y más bien la hiper inflación y la convulsión social significó que muchos músicos de esas bandas, y otras, emigraran buscando un futuro mejor en otro país, poniendo fin así a sus bandas (años después Masacre se recompuso mientras que Orgus y Sacra han tenido reapariciones muy esporádicas).
Cesar Collazos (Orgus) se fue a Canadá y Johnny Gonzales (Sacra) a Alaska, Andrea Samengo (Orgus) a Italia, los hermanos Tuesta (Masacre) a Venezuela, Coqui Tramontana (Masacre), Reuven Amiel 'Paquirri' (Sacra) y Weregen (Sacra) a Estados Unidos, Martín Bazán (Almas Inmortales) a Brasil etc, etc, etc.
Pero dejémonos de pensar en el casi, en lo que pudo ser, porque así como en el fútbol, la vida da revanchas y, a cuenta gotas, el legado de los 80s se va construyendo de a pocos y los grupos van pagando sus deudas con la historia del metal nacional, con su propia historia.
Seguramente la culpa no fue solo del gobierno aprista sino también de la actitud de los propios músicos, que por su juventud e interés de clase, optaron por dejar en stand by su pasión, o hobby en algunos casos, para asegurarse un futuro en otro campo.
En fin, dejemos por un momento de lado las críticas constructivas y el análisis, y pasemos a disfrutar de este gran disco largamente esperado.


Nos introducimos en el túnel del tiempo y ponemos  lentamente la aguja sobre el disco.
Pese a la juventud de sus músicos de aquel entonces, Masacre derrocha calidad y oficio en el Sin Piedad. Empecemos por la voz. Miguel Ángel Cervantes fue claramente una de las voces emblemáticas de esa época del heavy nacional -y lo sigue siendo­- junto a Arístides Gonzales Vigil de Orgus y Jano Torres de Sacra. Excelente registro y sentimiento para interpretar los temas.
Las guitarras de Coqui Tramontana y de Martín Tuesta son sólidas y se complementan, sin destacar una sobre otra. Mientras que la base rítmica  conformada por Miguel Tuesta (bajo) y Pierpaolo de Bernardi (batería) -aunque Pelo Madueño grabó unos temas también- complementan a gran altura el quinteto.
Sin duda la gran influencia de esa etapa primigenia de Masacre es la NWOBHM destacando Iron Maiden, aunque también se dejan sentir otras influencias como Angeles del Infierno y Queensryche.
Abre el lado A del disco La Ciudad, un tema evocador, una oda a Lima. Tal vez la letra sea bastante simple, pero la instrumentación y la melodía de la voz lleva el nervio y el sentimiento suficiente para que la canción te emocione y capture. El punteo está muy bien logrado, mientras que el bajo de Miguel se luce detrás.
Sigue Cuando El Diablo Piso la Tierra, que se inicia en un tono más melancólico e intimista, para luego dar paso a un riff de batalla, con aires épicos y galopantes. Punteos profundos y sentimentales, sin necesidad de caer en exceso de virtuosismo, calan hondo en el oyente.
El tercer corte, Hasta el final, se convirtió en tema emblema de la banda y del metal nacional. Es una apuesta por el idealismo de luchar por nuestra identidad metal por siempre sin importar que dificultades se presenten en el camino.
El riff principal es evocador y te motiva a levantar el puño y gritar en el coro: Hasta el final resistiré!!!
Sigue la balada del disco: Rosa y Espina. Aquí el 'Loco' Cervantes interpreta con pasión y drama la letra: "Yo combato con la espada y tú con la mirada". Los arpegios y punteos desplegados son precisos y con la cuota de feeling exacta.
El lado B arranca con Entes del Mal, tema más oscuro y rápido que sus antecesores. Una letra con reminiscencias bíblicas. "Y quisieron ser como dioses, atentaron contra el propio dios, igualaron su poder sacramental pero él los exterminó". Aquí el duelo de punteos es muy bueno con un bajo que sostiene la canción en gran forma.
Sueño y Terror, típica letra metal, donde el 'Loco' llega a tonos bastante altos y agudos y los solos trepidantes destacan nítidamente.
El Hechicero te lleva al galope con el misticismo que solo Masacre sabe imprimirle a los temas. Otro clásico de la banda.
Cierra el disco Fuego en el Alma otro himno del heavy metal nacional para cantarlo con los puños apretados y en alto. El juego de las guitarras al inicio es el preámbulo perfecto para desatar esta declaración de fidelidad al metal!!!
Son 8 temas que fluyen con una asombrosa naturalidad en casi 30 minutos. Todos suenan compactos, no les sobra ni les falta nada. Un disco para escucharlo de un solo tirón.

El sexto integrante

Y no por mencionarlo último es menos importante. El señor de las perillas Germán Villacorta hizo un trabajo extraordinario al mezclar y masterizar nuevamente el álbum con un resultado final impecable. 
Estuvo al frente de todo el proceso para rescatar la cinta analógica de una pulgada grabada en 16 canales, la cual estuvo durmiendo en un refrigerador por más de 20 años y se tuvo que poner en un horno a 130 grados Fahrenheit durante 7 horas para volverla a la vida.
En el proceso de volver a mezclar el disco se consiguió un programa para reducir el reverb con el cual se grabó la voz y se le dio un retoque a las guitarras rítmicas, bajo, tarola y bombo en todos los temas, especialmente porque fueron grabadas en 2 sesiones de 4. La finalidad fue que los 8 temas suenen homogéneos. Vaya que lo logró.
En fin, un trabajo quirúrgico en el cual Villacorta demostró porque es el 'Master de Las Perillas' y el sexto integrante -fundamental- de la banda.
La edición alemana de Underground Power Records es de lujo, ya que cuenta con las letras y fotos de la época. Lástima que la primera historia de la banda que viene en el CD no pudo ser incluida.

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