lunes, 9 de mayo de 2011

Review de NECROPSYA EN ARGENTINA



















Bajo un estricto dominio alemán
Fecha: 2011-05-06
Lugar: El Teatro de Colegiales, Av Lacroze y Alvarez Thomas, Capital Federal
Bandas: Eternal, Falcon, Necropsya y U.D.O.
Texto: Manuela Expósito para Latin Metal
http://www.latinmetal.net/coberturas-ampliar.php?id=167


La popularidad de sitios como Taringa ha modificado nuestra rutina de acceso a la música de formas que quizás pocos podrían imaginar una década atrás; para bien o para mal, hoy podemos incluso bajar y escuchar discos que todavía no han llegado a las vidrieras de las disquerías locales, a una velocidad a la que sólo algunos músicos que viven de gira pueden adaptarse. ¿De qué forma pudo esto afectar al veterano pero siempre activo ex frontman de Accept, con tantos años en el negocio de la música, y particularmente en el metal? Más que nada, en el aspecto de que muchos esperaban un show que contemplara los temas contenidos en “Leatherhead”, el EP adelanto su próxima producción, “Rev Raptor” – descargado y comentado por cientos de metaleros a lo ancho del globo hasta el día de la fecha -, cuando por el contrario U.D.O. preferiría centrarse en “Dominator” y los clásicos que lo elevaron al status de emperador de la N.W.O.B.H.M. teutona para su primer gira latinoamericana.
Primeros en la lista de teloneros se encontraban los miembros de Eternal, Omar “Bubba” Fernandez en bajo y voz, Federico Javier Mazzanti en guitarra y Pablo Ariel Iacovone en batería, quienes no han perdido oportunidad de compartir escenario con bandas de primera línea en el pasado para presentar su recientemente editado album de larga duración “La Rebelión del Espíritu”. Con un Heavy/Power Metal, este poderoso trío atacó sin más con el único tema compuesto en inglés perteneciente a su citada producción, “Promised Land”, cuyo empuje radicó en la voz rasposa de su líder quien supo imponerse sobre la estructura melódica construida por sus compañeros. Para “Antes del Fin”, las bases apostaron por una atmósfera un tanto más pesada que aún así no perdió de vista su horizonte clásico, en donde incluso el bajo se encontraba a la par de la viola, acorde a las enseñanzas dejadas por Iron Maiden. Y fue justamente a los gigantes británicos a quienes apelarían a la hora de involucrar al público con su propuesta: “Two Minutes To Midnight”, en una versión bastante peculiar aunque no del todo convincente, dio finalmente paso al tema más pujante de todo su set y que se convertiría en su punto final, “Sometido”.
Si hablamos de la N.W.O.B.H.M., entonces la banda que se presentaría a continuación no podía estar ausente. Falcon, el quinteto conformado por Uki Mosa en la voz, Magui Solla y Hernán Chaves en guitarras, Juan Pablo Cerezales en bajo y Federico Joandert en batería, fue ganando terreno en la escena desde el lanzamiento de “Amo de los Cielos”, y actualmente están trabajando en su segunda producción. No son unos desconocidos para nosotros tampoco, claro está, ya que fuimos testigos de su performance junto a Primal Fear, aunque en esta oportunidad nos llevamos una grata sorpresa al observar que, aparentemente, la banda ha optado por trabajar en aquellos puntos flojos que antaño los alejaba del umbral de lo aceptable. Si bien siguen manteniéndose en la vena del clásico Accept, tanto al encarar los tracks ya conocidos – “Nunca Aprenderás”, “Invencibles” y “Como Un Rayo” – como al presentar sus últimas composiciones – “Zona de Riesgo” y “Fuera de Control” –, se puede notar un valeroso esfuerzo desde el micrófono por no sobresaturar de agudos sus temas, una batería en tempo con mínimos errores, y una apuesta por una mayor agresividad sin alejarse del mandato de los 80´s. “Jawbreaker” y “Grinder” fueron el aporte en honor a Judas Priest al momento de versionar temas ajenos, en un show prolijamente cuidado.
Pero no sólo de Heavy se nutrió el espectro musical dos décadas atrás. Mientras Judas y Maiden daban a luz a obras fundamentales para todo metalero leal a nuestra movida, en Estados Unidos la movida del Thrash iba poco a poco tomando forma. Género éste en el que los peruanos de Necropsya - Gustavo Bermudez en voz y guitarra, César Moran en bajo, Walter Costa en guitarra y Paul Pinto en batería – se encuentran inscriptos desde hace más de veinte años. Pues bien, con toda la garra de la vieja escuela pero con la guturalidad propia del metal trasandino, el cuarteto se presentó ante el público argentino por primera vez con sus mejores armas de destrucción masiva. Los riffs velozmente violentos de “Mass Suicide” fueron los primeros responsables de mostrar la excelencia de las propuestas que habitan en nuestro continente. Y es en reconocimiento a esta trayectoria que el cuarteto tuvo la oportunidad de acompañar a U.D.O. no sólo en su país natal, sino también en Chile y esta noche en particular, en Argentina. “Don´t Break The Pact” fue dedicado así al sentimiento al que todos tributamos, introducido por un solo bien tradicional, resultado de la mezcla que hacía el primer Metallica entre el Heavy y el Thrash. “Slaves Of The Magic”, por el contrario, nos mostró la arista más áspera del estilo, liderada por esas voces rasgadas que caracterizan a bandas de la talla de Slayer. Afilados y potentes, con una puesta en escena vivaz y un sonido calibrado de manera impecable, los hermanos peruanos cerraron su presentación a toda furia con otro de los temas pertenecientes a su último trabajo en estudio, “Made With Evil” de 2010, “Devil With An Angel Face”.
Habrá a quienes la marca dejada por Accept en el metal alemán les resulta intrascendente; habrá quienes, por el contrario, no podrán concebir al metal clásico sin la labor llevada adelante por tamaña banda. Pero, sin duda alguna, Udo Dirkschneider es un personaje cuya trayectoria nadie puede desconocer. Desde sus inicios como vocalista en los años setenta hasta el nacimiento y la consolidación de su carrera solista en el ocaso de los ochenta, ha estado en boca de todos. Y aunque muchos nos quedamos con las ganas de verlo sobre los escenarios cuatro años atrás, era hora de la revancha. La emoción contenida fue en aumento desde el preciso momento en que sus pares iban tomando posiciones en un Teatro de Colegiales bastante poblado, y llegó a su clímax cuando su retacona pero firme figura se afirmó al micrófono para lanzarse al asalto con “The Boogeyman”, tema perteneciente a su obra editada en el 2009, “Dominator”. Algunos desperfectos técnicos empañaron la felicidad sentida tras su aparición, pero su voz logró alcanzar el volumen indicado para el tema homónimo del mismo disco, tan sólo instantes después. Sin siquiera presentarse ni saludar, este tanque metálico siguió doblegando el terreno junto a un equipo de exquisitos intérpretes. A su izquierda, un viejo compañero de aventuras que todos conocíamos en su fase de baterista, más que ahora se encargaba de reforzar sus muñecas para otras labores: Herr Stefan Kaufmann, entrado en años como su co-equiper, mostró sin embargo que su deber es estar todavía sobre las tablas. Más hacia su izquierda, la sensación de la noche, un joven de peinado estrafalario, Igor Gianola, quien puso su experiencia como ex Jorn al servicio del metal centroeuropeo, y un por momentos inquieto Fitty Wienfold al bajo. Un poco más atrás, el grito de “¡forza Italia!” tan popularizado en la Roma de la década del ´30, tomaba cuerpo con el aporte de Francesco Jovino tras los parches.
Recurriendo al aliento de las masas, U.D.O. volvía a su album “Solid” de 1997 para rescatar “Independence Day”, un tema que con la clásica fórmula empleada en Accept situaba a Gianola y a Dirkschneider en una posición de liderazgo para enfrentar la línea de batalla que se abría más adelante. Con un improvisado y rústico castellano, este huraño rubio de corte al ras y pantalones camuflados presentaba instantes después “The Bullet And The Bomb”, marcado por sus movimientos cortantes y agudos penetrantes. Aquellos que no albergaban esperanza alguna de que Accept volviera a reunirse con su voz original, aquellos que se aferraron a la historia que supo reescribir este infatigablemente creativo germano, se encontraban ahora en un pogo que resultó ser la antesala del sueño tantas veces deseado como una realidad. Y precisamente este era el lugar para honrar a la nostalgia. Cinco minutos después, comenzaba a abrirse una segunda etapa del show, digna de esos fanáticos que todavía anhelan con retornar a esos dorados ochentas y su producción musical. Para ellos, para todos nosotros, fue que “Restless And Wild” y “Son Of A Bitch” se afirmaron firmemente al escenario mientras todo temblaba a su alrededor… ¡Y no era para menos! Sin que apenas nos diéramos cuenta, esas armonizaciones neoclásicas que cediera Wolf Hoffman a nuestro género y hoy replicadas por un admirable Gianola, fueron sufriendo una metamorfosis lenta que las llevó a concluir en los riffs directos que obligan a cabecear sin parar de “Thunderball” y “Vendetta”. Al parecer, Dirkschneider no tiene problemas de ego, razón por la cual fue su guitarrista líder quien dio pie a uno de las esperadas joyas de la noche. Al ritmo de “Princess Of The Dawn” volaron vasos de cerveza, llaves, personas, todo por el aire, para el tema más coreado, más aplaudido, más sentido del show.
¿Ya estaban cansados? ¡Pero si lo mejor está aún por venir! Una nueva muestra de virtuosismo sobre las seis cuerdas y ya estábamos de nuevo listos para dejarnos envolver por el calor humano frente a la valla. Es que “Midnight Mover” venía marchando, con toda la fuerza del mejor Accept revidivo. ¿Alguien estaba dispuesto a creer que Udo tan sólo iba a hacer “algunos temas” de tan legendaria banda? El setlist de la agrupación cerraba toda polémica al respecto. Sin embargo, la carrera de U.D.O. está repleta de grandes temas: “Man And Machine” y “Animal House” celebraron con sendas cabalgatas estos veintiseis años de lucha, y hasta contaron con el privilegio de tener a Kaufmann saltando como si fuese un niño en busca del tarro de galletitas. Sería él quien protagonizaría, junto a su colega, un duelo dispar a puro tapping, para luego derivar en un riff que todos conocemos al dedillo y que habrá que ver si en el reformado Accept lo hace sonar de forma tan genuina. “Metal Heart”, el corte de la que es considerada la obra cumbre del quinteto, hizo que cientos perdieran la cabeza minutos antes del primer bis. Pero no iba a ser éste un único regreso – coronado por “Holy” y “Balls To The Wall” -, sino uno doble que se prolongó hasta instantes antes de la medianoche, con “I´m A Rebel”, “Burning” y “Fast As A Shark”. Con un total sentimiento de satisfacción ante el cumplimiento del deber, U.D.O. abandonaba finalmente, con el pabellón nacional entre sus manos, la tarima. La pregunta es, ¿podrá superarlo el nuevo Accept, comandado por Mark Tornillo? Para develar la incógnita, habrá que esperar una semana…

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