domingo, 5 de junio de 2011

SLAYER devastó Viña







Texto: Cristián Pavez
Fotos: Sebastián Jiméne
Tomado de Rockaxis
http://www.rockaxis.com/live_reviewxs_ver1.php?products_id=7035

En los anales de la historia de Slayer y también del metal nacional, quedará registrado el hecho que 45 años después de la partida de su ciudad natal, el chileno Tom Araya regresó como el hijo pródigo a Viña del Mar, ese seudo paraíso del edén que siempre nos pretenden vender como destino de vacaciones soñadas, pero que por una noche se tiñó de un brutal rojo sangriento. En lenguaje de Araya su regreso a la cuidad, se podría resumir en una frase tipo “esta es la mierda que hago y a la gente le encanta”. Y si tuviéramos que resumir en una sola palabra, en un solo concepto el show de Slayer en Viña, este no sería otro que DEVASTADOR.
A veces la justicia tarda pero llega, y finalmente se hizo justicia con Atomic Aggressor, oportunidad que fue tomada como un merecido reconocimiento a su trayectoria. La legendaria y precursora banda nacional de thrash-death, en sus 30 minutos de show realizó una performance realmente sólida, con un sonido fuerte, estridente y crudo, donde descargaron algunas gemas primigenias de su catálogo musical, como ‘Bleed in the altar’, ‘Bloody ceremonial’ y ‘The session’, todo material muy apropiado lírica y musicalmente para el plato de fondo que todo el mundo estaba esperando.
Y a las 22.00 horas en punto el infierno se desató. Con un sonido realmente perfecto e impresionante desde un comienzo, a mi juicio mejor que el del show de Santiago, que sin sonar mal, tuvo algunos problemas sobre todo con el sonido de Gary Holt que se perdía un poco en la mezcla, Slayer comenzó su aniquilación masiva con la dupleta del último disco, el tema título y ‘Hate worlwide’. Si en Santiago Araya lució una polera con el logo de Slayer coloreado con los tonos patrios, en Viña lució la nueva camiseta de la selección adornada con un ad-hoc “666” por dorso y torso. ‘War ensemble’ fue el primer clásico de la noche y un abarrotado Polideportivo casi se vino al piso. Lo cierto es que el recinto escogido fue óptimo en todo sentido, buena acústica, instalaciones cómodas y una visión perfecta del escenario desde cualquier punto. El maestro de la guitarra Steve Vai, ya había tocado algunos años antes aquí, pero el lugar demostró que es una muy buena plaza y ojalá hayan más show metaleros en el futuro aquí. Pero también hay que decir que con una entrada a un precio más popular y accesible, este show perfectamente se podría haber hecho en la Quinta Vergara, el lugar donde originalmente Tom Araya quería tocar.
El setlist fue el mismo de Santiago, con algún pequeño cambio en el orden de las canciones, incluso los diálogos y bromas de Araya también fueron las mismas, frases como “¿se van a sacar la cresta?” y “viva Chile mierda”, también estuvieron presentes, pero a diferencia del show en Santiago, donde Araya pareció emocionarse más profundamente, al mismo tiempo lo ví más nervioso o tenso, en cambio en Viña parecía mucho más relajado y disfrutando más del show y tocando y cantando mejor, algo que claramente se vio reflejado en la brutal ‘Dittohead’ que salió perfecta, con Araya cantando la letra completa de la parte rápida del comienzo, algo que en Santiago no logró hacer. Lo cierto es que el del Movistar Arena era el primer show de la gira Sudamericana, luego de un pequeño receso en el tour y siempre en el primer show hay detalles que corregir, por ello en Viña el grupo me pareció aún más letal, sólido y prolijo, con esa precisión quirúrgica que es marca registrada de Slayer, con un Kerry King realmente brutal en su ejecución, un Gary Holt que lució mucho más que en Santiago (hay que ser justos, el líder de Exodus se tuvo que aprender un montón de canciones en muy poco tiempo y sin su ayuda este tour no se habría podido realizar), y con un Lombardo realmente impresionante y letal. En la conferencia de prensa en el Hotel Ritz el cubano de forma totalmente humilde dijo: “estoy como el vino, cada vez toco mejor” y efectivamente es así, su performance es lisa y llanamente avasalladora.
Como decía, el setlist fue el mismo que en Santiago y aunque creo que todo el mundo esperaba que ‘Hell awaits’ estuviera presente, el grupo balanceó de muy buena forma el material elegido, matizando clásicos con temas más actuales y repasando casi todos sus discos, por eso me pareció una agradable sorpresa la inclusión de ‘Stain of mind’ del disco “nü metal” de Slayer “Diabolus in Musica” de 1998, cuando el grupo se puso a tono con la época y usó guitarras de 7 cuerdas y afinaciones bajas. Para la anécdota quedará que en ‘Postmorten’ Araya cortó cuerda en su bajo, o que en ‘Dead skin mask’ apareció una bengala (en Santiago hubo dos), y si bien visualmente le agrega una cuota de extremismo al show, hay que ser majadero y reiterar que el día que ocurra un accidente grave y lamentable, todas las autoridades se van a ir de cabeza en contra de lo shows metaleros poniendo todo tipo de trabas para su realización. Afuera y dentro del Polideportivo había personal del GOPE de Carabineros y perfectamente cuando sucedió lo de la bengala, podrían haber suspendido el show aduciendo razones de seguridad… ¿es eso lo que se pretende lograr? Muchachos, razonemos más y mejor. Salvo eso, el comportamiento del público fue ejemplar y no hubo problemas de ningún tipo dentro del recinto ni en la salida.
‘Americon’ mostró el lado más moderno y actual de la banda, con una clara influencia Slipknot en su concepción, pero lo que la gente realmente ama es el material clásico como ‘Mandatory suicide’ (donde Araya volvió a repetir su speech verbal sobre la libertad) y ‘Chemical warfare’ donde un impresionante circle pit ocupó toda la cancha del recinto y donde las zapatillas perdidas volaban por los aires como en un auténtico recital thrash “old school”. Casi al final, durante la asesina interpretación de ‘Raining blood’ el sonido externo se cayó por algunos segundos, sólo quedando el monitoreo de escenario; quizás el epicentro del brutal circle pit hizo que el sonidista apretara accidentalmente la tecla “mute” en la mesa, pero todo volvió rápidamente a la normalidad para terminar con la infartante ‘Angel of death’ uno de los temas más lacerantemente brutales en la historia del metal.
Los años pasan pero Slayer no ha perdido un ápice de su extrema agresión sónica. Es raro ver a Tom Araya sin hacer ese headbangin’ devastador, pero el grupo sigue siendo una de las bandas más pesadas del planeta, de eso no hay ninguna duda. Llovió sangre en la cuna de nacimiento del monstruo que conduce al cuarteto infernal; sólo esperamos que su regreso no tarde, la próxima vez en compañía de los cuatro grandes. Una sanguinaria noche para recordar.

2 comentarios:

  1. creo que no fuiste al recital, todo escrito bien, pero nada de lo que paso, el setlist no fue el mismo, el primer corte no fue ese, y asi...

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  2. Sería bueno que leas bien. El comentario es de la revista chilena Rockaxis y no mío (Están bien claros los créditos). Me sorprendería mucho que ellos "inventen" un comentario de un concierto, al menos que tengas algo en contra de esa revista.
    Copio el setlist que tocaron en Viña, cotéjalo con el comentario y saca tus propias conclusiones. En todo caso, si tú si estuviste, cuéntanos tu experiencia. Saludos

    PD. A todos los anónimos. Sería bueno que se identifiquen.

    Fuente: http://www.setlist.fm/setlist/slayer/2011/gimnasio-polideportivo-vina-del-mar-chile-43d337fb.html

    World Painted Blood
    Hate Worldwide
    War Ensemble
    Postmortem
    Temptation
    Dittohead
    Stain of Mind
    Disciple
    Dead Skin Mask
    Hallowed Point
    The Antichrist
    Americon
    Payback
    Mandatory Suicide
    Chemical Warfare
    Ghosts of War
    Seasons in the Abyss
    Snuff
    Encore:
    South of Heaven
    Raining Blood
    Black Magic
    Angel of Death

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